Aunque genéricamente hablamos de Pluma para referirnos al plumaje de estas aves, éste consta de dos elementos bien diferenciados: el Plumón y la Pluma.
El Plumón –también llamado Duvet- crece debajo de las plumas que cubren el pecho y la barriga de las aves acuáticas. Está formado por un núcleo prácticamente invisible con miles de finísimos capilares como la seda dispuestos en todos los sentidos y planos posibles formando una preciosa maraña. El Plumón es el material más adecuado para ser utilizado como producto de relleno en los edredones, y sus magníficas cualidades termoaislantes con muy poco peso, lo hacen destacar por encima de cualquier otro material natural o sintético.
A diferencia del Plumón, las plumas están formadas por un eje central ligeramente curvado, el raquis o “cañón”, del que salen finísimos filamentos en un único plano y en direcciones opuestas. Comparativamente con el Plumón, es un material bastante más pesado, de tacto poco agradable y con muy poca capacidad termoaislante.
Un buen edredón debe estar relleno de Plumón, no de pluma.
Es importante saber que en el mercado también existe plumón recuperado o reciclado, es decir, que ya ha sido utilizado anteriormente en otras prendas. Este plumón se caracteriza por su bajo precio y calidad. Su vida útil es muy corta y sus propiedades termoaislantes están muy limitadas.